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El US Open 2025 está jugando más de un partido: al tenis se suma el debate por el olor a marihuana que envuelve las canchas de Flushing Meadows. Para Novak Djokovic, la fragancia verde es “un hedor que se siente en todas partes” y no le resulta agradable, aunque reconoce que en Nueva York es legal desde 2021.

El noruego Casper Ruud también admitió su incomodidad, mientras que Alexander Zverev ironizó años atrás diciendo que la pista 17 olía como “la habitación de Snoop Dogg”. El contexto es claro: en el estado, cualquier mayor de 21 puede portar hasta tres onzas de cannabis, y la normalización del consumo hace que los grandes eventos deportivos reflejen esa realidad.

Más allá de gustos personales, el caso revela cómo el prohibicionismo quedó viejo frente a leyes que reconocen derechos y libertades. Si el tenis es concentración, también es espejo cultural: lo que molesta a unos, para otros es signo de madurez social.